Nathan Florence se enfrenta a Silverbacks, el slab más salvaje de Panamá

Nathan Florence Silverbacks Panamá

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El hawaiano Nathan Florence no sabe lo que es el descanso. Con la temporada cerrando en Hawái, pilló quiver, cámara y corazón de acero y se fue a buscar adrenalina. Esta vez, rumbo a Panamá, directo al slab más potente del Caribe: Silverbacks.

Situada frente a la costa de Bastimentos, en pleno Bocas del Toro, Silverbacks no es solo una ola: es una bestia. Un slab que rompe con la fuerza de un gorila de espalda plateada, aislado en medio del azul turquesa y con una sola forma de llegar: lancha rápida. Sin multitudes. Solo tú, la selva y el rugido del arrecife.

Llegar ya es parte del reto

Florence lo cuenta desde el canal de su vídeo como solo él puede hacerlo: «Este lugar es muy volátil. Puede que esté bombeando… o puede que no rompa nada. Hay que venir, esperar y rezar que se alinee».

Y eso hicieron. Se lanzaron desde el bote, estudiaron el reef, y esperaron con paciencia. Porque Silverbacks no es un slab cualquiera. No tiene una línea de takeoff clara, no hay pico fijo. Las olas se cuelan por el reef en diferentes ángulos, se abren como cuchillas y cambian sin aviso. Es un slab con alma propia… y con muy mala leche.

Cuñas, wipeouts y una sesión de respeto

Florence consiguió algunas buenas bajadas, pero lo dejó claro: «No es como Teahupo’o o The Right. Aquí el takeoff es corto, la cuña es inmensa y todo cambia en segundos».

El resultado: tubos pesados, wipeouts profundos y un respeto absoluto al lugar. Porque si hay algo que Nathan siempre transmite, es esa mezcla de pasión, humildad y locura calculada. Y eso, en Silverbacks, no se improvisa.

Si aún no has visto el vídeo de la sesión, ponte cómodo. Porque esto es slab surfing del más crudo. Un slab que escupe con rabia y premia solo a los que saben leerlo. Nathan se lo jugó, y aunque no fue fácil, demostró por qué está en otra liga.

Silverbacks: una joya brutal en el Caribe

Este pico panameño es un secreto a voces entre los cazadores de slabs. Difícil de predecir, duro de surfear, y absolutamente espectacular cuando se alinea. Lo tiene todo: fondo afilado, olas triangulares, entrada remota, y esa mística que solo los lugares sin acceso por tierra pueden tener.

Panamá se cuela cada vez más fuerte en el radar de los big chargers. Y Silverbacks, con su carácter cambiante, empieza a ser una parada obligada en la ruta del slab hunting.

Florence lo tachó de su lista. ¿El siguiente? Solo él lo sabe. Pero seguro que será otro sitio donde el miedo se mezcla con la perfección.

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