Taj Scores en un Spot Secreto de Indonesia
El surfista de Byron Bay, Taj Burrow, comparte su experiencia en un viaje a una isla sin nombre, donde disfrutó de olas perfectas junto a sus amigos. En sus propias palabras, describe cómo fue la búsqueda de un destino de surf que prometía aventuras.
“Griggs y yo habíamos estado explorando algunas zonas para un viaje de surf lejos de casa. Nada se había concretado. Algunas olas parecían prometedoras, pero luego se esfumaron. O escuchábamos: ‘Te la perdiste por poco’. Se estaba convirtiendo en la norma. No estaba demasiado preocupado, ya que habíamos tenido playas bonitas cerca de casa. No podía quejarme”, relata Taj.
La Aventura Comienza
Finalmente, decidieron reservar vuelos a Indonesia, un destino que Taj nunca había visitado. “Cargamos la Tarago y nos pusimos en marcha: el coche repleto de tablas experimentales, Griggs, Pig y yo (Pig, también conocido como Luke Condon, un shaper local nacido en las rocas de Lennox)”, añade.
El viaje fue tranquilo, excepto por el trayecto de seis horas y media desde el aeropuerto a las 2:30 de la madrugada, que resultó ser un poco tedioso. Además, Taj se enteró de que sus tablas no habían llegado en el vuelo. “Brutal. La mañana siguiente estaba en plena acción y tenía que probar una de las flextails de Pig”, comenta.
Las Mejores Olas
“Probablemente conseguí mi mejor ola del viaje esa mañana. En cuanto llegaron mis tablas, los días empezaron a rodar. Cada sesión se sentía mejor que la anterior. Surfear sin nadie, casi siempre, era increíble; muy diferente a otros viajes a Indonesia que he hecho”, explica Taj. La experiencia de surfear en un line-up vacío, con solo su grupo, fue un sueño hecho realidad.
Un Viaje Inolvidable
“No hay mucho más que decir. Una mezcla de buena comida, risas y experimentación con todo tipo de tablas en olas de ensueño. Muchísimas gracias a todas las caras amables que conocimos por el camino y por todos los saludos”, concluye Taj, reflejando la esencia de lo que significa surfear en un lugar remoto y especial.
Este viaje a Indonesia no solo fue una búsqueda de olas, sino también una oportunidad para conectar con la naturaleza y disfrutar de la compañía de amigos en un ambiente de pura adrenalina y diversión. Sin duda, una experiencia que cualquier surfista anhelaría vivir.
